domingo, 29 de diciembre de 2013

Ante todo, práctica

Día de Navidad, diez de la noche. Niñas en la cama, rezamos el Jesusito. 

- Ahora vamos a darle gracias a Jesús por el día tan bueno que hemos pasado, con la familia, etc. 

Damos gracias por todo lo que hemos hecho hoy, la familia tan buena que tenemos, los regalos de Papá Noel y tal y tal.

- Y ahora vamos a pedirle que nos cuide, que el año que viene nos volvamos a juntar todos y que nos ayude a ser muy buenas...

Y suelta Carmen:
- Y que nos defienda si viene algún monstruo...

martes, 24 de diciembre de 2013

Esta noche es Nochebuena

Y os dejo con una versión especial de mi villancico favorito. Sorry por la publicidad del final. Mañana habrá otro

domingo, 15 de diciembre de 2013

Conversación por email

Yo dije
 
El primer Sagrario de la historia es también el más bonito. A pesar de que no tenga ni oro, ni joyas, ni velas, ni cantos.
Es pequeño, humilde y pasa desapercibido. Viaja por un país lejano a lomos de mula, camino de un pequeño pueblo, desconocido hasta ahora.
Es oscuro y estrecho, y sin embargo es tan cálido, y dulce. Jesús apenas cabe dentro. Ya le cuesta moverse por la falta de espacio. Pero siente a su alrededor el latido del corazón de su Madre, y el amor que le rodea. Oye a través de las paredes de su refugio la risa grave de José, la música de la risa de María. Siente sus caricias, escucha sus palabras. Se duerme cuando Madre le canta. No lo cambiaría por ningún Sagrario de oro y piedras preciosas.
Y está esperando que le preparemos un huequito en nuestro corazón cuando nazca.
Sería cosa de intentar que sea lo más acogedor posible, ¿no?
 
Y ella dijo
 
En mi corazón, Jesús, no hay más que costras de pecado, intenciones descumplidas, rechazo y mal olor. Pero quiero que sea tuyo, que sea digno de recibirte, mi Rey, mi amor. Se me ocurre que por más que me afane en limpiarlo y sacudirlo, no hay manera, soy tan torpe. ¿Por qué no me miras con amor, con esa mirada dulce, y lo quemas todo? Así, todo convertido en ceniza, con el soplo de tu espíritu, desaparecerá. Y con la caricia de tu cuerpo y de tu sangre recibidos en la comunión, se convertirá mi pobre corazón en sagrario vivo, donde puedas descansar. Tu mirada, Jesús, renueva mi ser.

Too good to be true



Hay cosas que son demasiado buenas para ser verdad.

viernes, 13 de diciembre de 2013

El Papa


El 13 de diciembre de 1969, Jorge Mario Bergoglio, tres días antes de su 33  cumpleaños, fue ordenado sacerdote. Hace hoy de esto 44 años.
 
Algunos días antes, emocionado y feliz, escribió una oración especial que reflejaba su estado de ánimo, y que recoge el diario italiano Avvenire:
 
Quiero creer en Dios Padre, que me ama como un hijo, y en Jesús, el Señor, que me infundió su Espíritu en mi vida para hacerme sonreír y llevarme así al Reino eterno de vida. Creo en la Iglesia.
 
Creo que en la historia, que fue traspasada por la mirada de amor de Dios y en el día de la primavera, 21 de septiembre, me salió al encuentro para invitarme a seguirle.
 
Creo en mi dolor, infecundo por el egoísmo, en el que me refugio.
 
Creo en la mezquindad de mi alma que buscar tragar sin dar…, sin dar.
 
Creo que los demás son buenos y que debo amarlos sin temor y sin traicionarlos nunca buscando una seguridad para mí.
 
Creo en la vida religiosa.
 
Creo que quiero amar mucho.
 
Creo en la muerte cotidiana, quemante, a la que huyo, pero que me sonríe invitándome a aceptarla.
 
Creo en la paciencia de Dios, acogedora, buena, como una noche de verano.
 
Creo que papá está en el cielo, junto al Señor.
 
Creo que el padre Duarte está también allí, intercediendo por mi sacerdocio.
 
Creo en María, mi Madre, que ama y nunca me dejará solo.
 
Y espero en la sorpresa de cada día en que se manifestará el amor, la fuerza, la traición y el pecado, que me acompañarán siempre hasta ese encuentro definitivo con ese rostro maravilloso que no sé cómo es, que le escapo continuamente, pero quiero conocer y amar. Amén.

martes, 10 de diciembre de 2013

Lo de la besamel superrápida

Superrápida:
- Un litro de leche
- Una cucharada de mantequilla
- 4 cucharadas soperas de harina
- Sal y nuez moscada a gusto

Se reserva un vaso de leche y el resto se pone a hervir en una cacerola con la mantequilla y la nuez moscada.
Se disuelve la harina en el vaso de leche fría, removiendo con un tenedor
Cuando empieza a hervir la leche, se reduce el fuego, se añade la harina diluida y se remueve con las varillas hasta que espese.
Salpimentar a gusto y voilà!

¡Y sin Thermomix!