martes, 5 de abril de 2011

La Virgen de la Ermita


En cuanto pude, fui a ver a la Virgen de la Ermita de Molinoviejo. Para el que no la conozca, diré que los bancos de la ermita quedan bastante bajos, de forma que cuando te sientas, la Virgen te mira desde arriba. Y la expresión serena que se ve en la foto, quizá por algún truco de la luz, o del ángulo, o de la conciencia, se transforma en una expresión totalmente maternal: la mismita cara que ponía mi madre cuando nos pillaba in fraganti haciendo alguna. En aquel momento, no me hubiera extrañado oírle decir:
- Y ahora, ¿qué has hecho?
Y, en un mero reflejo medular, sin el concurso de la mente consciente, a punto estuve de contestar:
- Pero si yo no he sido...
Pero claro que he sido yo. Tampoco había allí nadie más...
Y mientras tanto, el Niño, imagino que será a causa de la misma luz, del susodicho ángulo, o de lo empañado de los ojos, parece que te tiende la mano derecha, y se le esboza en la cara una sonrisa, como si te dijera:
- Ven, ven a jugar conmigo. Mira: tengo un pajarito.
Pero ahora no puedo ir. Estoy castigada...

Gracias a Vila por el feedback

1 comentario:

  1. Mira que te lo he dicho: Que ya no estás castigada..., que no te busques excusas y que te lances al ruedo guapetona.

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